Los 9 Principios de la Acción Preventiva para Evitar Riesgos Laborales

Los 9 Principios de la Acción Preventiva para Evitar Riesgos Laborales

Para garantizar un entorno de trabajo seguro es fundamental adoptar un enfoque preventivo en la gestión de los riesgos laborales.

Carlos AznarCarlos Aznar

En el entorno laboral, la seguridad y la salud de los trabajadores son prioridades indiscutibles. Para garantizar un entorno de trabajo seguro es fundamental adoptar un enfoque preventivo en la gestión de los riesgos laborales, los siguientes principios de la acción preventiva son guías esenciales que toda empresa debe seguir para minimizar los riesgos y garantizar el bienestar de sus empleados. Estos principios, basados en la normativa de Prevención de Riesgos Laborales (PRL), establecen un marco claro para la implementación de medidas preventivas efectivas.

¿Qué son los Principios Generales de la Acción Preventiva?

Los Principios Generales de la Acción Preventiva son un conjunto de directrices que proporcionan un enfoque sistemático para la gestión de la seguridad y la salud en el trabajo. Estos principios están diseñados para prevenir accidentes y enfermedades laborales mediante la identificación, evaluación y control de los riesgos presentes en el lugar de trabajo.

Estos principios no solo están destinados a cumplir con la normativa vigente, también buscan crear una cultura de prevención dentro de las organizaciones. Al seguir estos principios, las empresas no solo protegen a sus trabajadores, también mejoran la productividad, reducen costes asociados a accidentes y enfermedades laborales, y cumplen con sus obligaciones legales.

Los principios de acción preventiva según la normativa PRL

La normativa de Prevención de Riesgos Laborales establece los principios de acción preventiva como una obligación para los empleadores. Estos principios, que se encuentran recogidos en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, son la base para cualquier política de prevención en el lugar de trabajo. 

1. Evitar los riesgos

El primer principio es evitar los riesgos siempre que sea posible, esto implica eliminar cualquier peligro potencial en el entorno laboral antes de que pueda afectar a los trabajadores. La eliminación de riesgos debe ser siempre la primera opción, antes de considerar medidas de control o protección.

Por ejemplo, si un proceso productivo implica la manipulación de sustancias químicas peligrosas, la primera medida debería ser sustituir estas sustancias por otras menos peligrosas, en lugar de simplemente proveer equipos de protección individual.

2. Evaluar los riesgos que no se puedan evitar

En aquellos casos en los que no es posible evitar un riesgo, el siguiente paso es evaluarlo. La evaluación de riesgos es un proceso sistemático para identificar los peligros y analizar su gravedad y la probabilidad de que ocurran. Esta evaluación permite priorizar los riesgos y determinar qué medidas preventivas son necesarias.

La evaluación de riesgos debe realizarse de manera continua y estar actualizada, especialmente cuando se introducen nuevos procesos, equipos o materiales en el lugar de trabajo.

3. Combatir los riesgos en su origen

Una vez identificados los riesgos es esencial combatirlos en su origen. Esto significa adoptar medidas que eliminen o reduzcan los riesgos en el punto donde se generan. Este enfoque es más efectivo que simplemente tratar de mitigar los efectos de los riesgos una vez que se han manifestado.

Por ejemplo, en lugar de utilizar dispositivos de protección para evitar la inhalación de polvo, sería más efectivo instalar un sistema de ventilación que capture el polvo en su origen, evitando así su propagación.

4. Adaptar el trabajo a la persona

La adaptación del trabajo a la persona es un principio clave que subraya la importancia de diseñar tareas, equipos y espacios de trabajo teniendo en cuenta las capacidades y limitaciones individuales de los trabajadores. Esto incluye considerar factores ergonómicos, así como las diferencias físicas y psicológicas entre los trabajadores.

5. Tener en cuenta la evolución de la técnica

La tecnología y las técnicas de trabajo están en constante evolución y es esencial que las empresas se mantengan al día con estos cambios. Adoptar nuevas tecnologías y métodos de trabajo que mejoren la seguridad debe ser una prioridad. Esto no solo reduce los riesgos laborales, sino que también puede mejorar la eficiencia y la productividad.

Por ejemplo, la automatización de tareas repetitivas y peligrosas puede reducir significativamente la exposición de los trabajadores a riesgos, además de aumentar la eficiencia.

6. Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro

Este principio se enfoca en la sustitución de procesos, materiales o condiciones peligrosas por alternativas que presenten menos riesgos. Siempre que sea posible, los elementos peligrosos deben ser reemplazados por otros más seguros.

Un ejemplo práctico sería la sustitución de solventes tóxicos por otros menos peligrosos en un proceso de limpieza o producción.

7. Planificar la prevención

La planificación de la prevención es fundamental para una gestión eficaz de la seguridad y salud en el trabajo. Esta planificación debe integrarse en todos los niveles de la organización y abarcar todos los aspectos de la operación. Esto incluye la identificación de riesgos, la implementación de medidas preventivas, la formación de los trabajadores, y la monitorización continua.

La planificación también debe ser flexible para adaptarse a cambios en las condiciones de trabajo, nuevos riesgos emergentes o cambios en la normativa.

8. Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual

Las medidas de protección colectiva son aquellas que protegen a todos los trabajadores simultáneamente, como la instalación de barandillas, sistemas de ventilación o la organización del trabajo para evitar exposiciones peligrosas. Estas medidas deben ser priorizadas sobre las individuales, como el uso de equipos de protección personal (EPP).

9. Dar las debidas instrucciones a los trabajadores

Finalmente, es crucial que los trabajadores reciban instrucciones claras y adecuadas sobre los riesgos asociados a su trabajo y las medidas preventivas que deben adoptar. La formación y la comunicación efectiva son elementos esenciales para asegurar que los trabajadores entiendan los riesgos y sepan cómo protegerse.

Esto incluye no solo la formación inicial, sino también la formación continua, especialmente cuando se introducen nuevos riesgos o procedimientos.

Gestión de la Prevención de Riesgos Laborales

La gestión de la Prevención de Riesgos Laborales (PRL) es un proceso integral que abarca desde la evaluación de riesgos laborales hasta la implementación de medidas preventivas y la formación de los trabajadores. En Dokify te ofrecemos un software específico para gestionar la acción preventiva completa de tu empresa.